RIVAR Vol. 5, N° 13. Enero 2018: 200-223.


Artículos

El desarrollo de la agroindústria en Santa Cruz de la Sierra y su integración con el mercado interno boliviano (1952-1968)

The Agroindustry Development of Santa Cruz de la Sierra and its Integration to the Bolivian Internal Market (1952-1968)

 

Víctor Hernán Rojas Vásquez* José Gabriel Jeffs Munizaga**

*Víctor Hernán Rojas Vásquez. Facultad de Educación, Escuela de Pedagogía en Historia y Geografía, Universidad Bernardo O’Higgins, Chile. Doctor en Historia, Universidad de Erfurt, Alemania. Magíster en Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile Correo electrónico: victor.rojas@ubo.cl.

**José Gabriel Jeffs Munizaga. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, Escuela de Negocios Internacionales. Universidad de Valparaíso, Chile. Magíster en Estudios Internacionales, Universidad de Santiago de Chile, Chile. Correo electrónico: josejeffs@gmail.com

 


Resumen

El presente artículo analiza la influencia que tuvo la Revolución Nacional de 1952 en el desarrollo de la agroindustria de Santa Cruz de la Sierra con la implementación de una política, de corte keynesiana, impulsada por el gobierno de los Estados Unidos a través de la inyección de recursos económicos y de diversos programas de cooperación y asistencia técnica, situación que también se extendió largamente a través del continente. Se evidencia cómo el país pasó de ser importador de productos básicos, con el uso de sus excedentes mineros, y que, gracias al desarrollo del Plan Bohan y la creación del Banco Agrícola logra fortalecer una posición estratégica de la agricultura en el desarrollo del mercado interno boliviano, modificando el antiguo modelo mono exportador minero logrando situar al oriente como el principal proveedor de productos de primera necesidad y motor económico de toda la nación.

Palabras clave: Bolivia, Santa Cruz de la Sierra, desarrollo de la agroindustria, Plan Bohan, vertebración nacional.


Abstract

This paper tries to demonstrate the National Revolution influence in the development of the agroindustry of Santa Cruz de la Sierra in 1952. The implementation of a policy of Keynesian cutting promoted by the government of the United States through the injection of Economic resources and various cooperation and technical assistance programs. This shows how Bolivia went from buying commodities in the foreign market, using their surpluses and thanks to the Bohan Plan and the initiative of the Agricultural Bank managed to strengthen the strategic position of agriculture in the development of the Bolivian domestic market. Thus breaking The Former Mono Mining Exporter Model that manages to position the East as the main supplier of products of first necessity and the economic engine of the whole nation.

Keywords: Bolivia, Santa Cruz de la Sierra, agroindustry development, Bohan Plan, National backbone.


 

Introducción

En 1825, Bolivia surgió a la vida independiente con cinco regiones (departamentos); uno de ellos es Santa Cruz de la Sierra, ubicada en el oriente, el más extenso en territorio y el menos poblado, así como el más desarticulado de los circuitos comerciales del nuevo Estado. Santa Cruz, era la frontera a mantener pero no a desarrollar y un lugar de confinamiento de los enemigos políticos del gobierno de turno (Rodríguez, 1993: 80).

En 1903 Bolivia firmó el Tratado de Petrópolis con Brasil cediendo el resto del Acre; y en 1904 el Tratado de Paz y Amistad con Chile, cediendo el litoral. Su materialización trajo como consecuencia un aislamiento de Santa Cruz, debido a que el Ferrocarril Arica-La Paz orientó la economía boliviana hacia el Pacífico, lo que desvinculó la producción agrícola y artesanal oriental con el mercado andino y por ende consolidó la desconexión de los departamentos del altiplano con los llanos orientales.

El fin de la Guerra del Chaco (1935) y la Revolución Nacional tendrán impactos positivos para Santa Cruz, luego de tres siglos de aislamiento dentro del propio país. Santa Cruz de la Sierra alcanza paulatinamente la tan anhelada integración económica y vertebración nacional con el resto de Bolivia (Rojas, 2015: 235).

El proceso de construcción del modelo de desarrollo capitalista cruceño, que se extiende de 1952 a 1967, será fruto tanto de coyunturas favorables que se dieron gracias a la implementación de políticas provenientes del gobierno central, así como de las luchas reivindicativas de los grupos de liderazgo regional, para obtener recursos que permitieran la mejora en las condiciones de vida fundamentales, tanto para la ciudad como para la región en su conjunto. El impulso dado por Estados Unidos durante las dos décadas siguientes, al inyectar recursos para el desarrollo económico a distintos países del continente (Bértola y Ocampo, 2013: 193-194), con el objetivo de reforzar su hegemonía, resultaron ser muy beneficiosos para el caso aquí estudiado.

Las transformaciones económico-estructurales que posibilitaron su desarrollo son las más importantes de la segunda mitad del siglo xx en la historia de Bolivia. Actualmente Santa Cruz es la primera economía regional de Bolivia, aporta un tercio al PIB y posee el índice de desarrollo humano más alto a nivel nacional (22% del total país calculado al año 2016 en base a datos desagregados al 2012) (PNUD, 2016: 75).

Los acelerados niveles de desarrollo económico alcanzados por Santa Cruz, se dan debido a la conjunción de coyunturas, tanto internas como internacionales favorables (Comité de Obras Públicas de Santa Cruz, 1976. PNUD, 2004: 36)

En lo referido a la coyuntura nacional:

-    El empresariado regional tuvo una amplia capacidad para captar las oportunidades tanto en el mercado nacional como en el exterior.

-    Se presenta una organización políticamente eficiente y de amplio consenso por parte de los distintos actores regionales frente al gobierno nacional.

-    Un desarrollo agroindustrial regional complementario al mercado nacional y con potencial exportador.

En lo referido a lo exterior:

-    La coincidencia de intereses entre Brasil, Argentina y Bolivia después de finalizada la Guerra del Chaco (1932-1935) facilitaron la construcción de ferrocarriles que unieron al oriente boliviano con el occidente brasileño y el norte argentino respectivamente (Limpias, 2009: 3). Los ferrocarriles afianzan la conexión de Bolivia con el Atlántico como una forma de paliar su condición mediterránea.

-    La política del gobierno central de sustitución de exportaciones y expansión del comercio exterior.

-    Una favorable demanda desde el exterior de recursos naturales -petróleo y madera inicialmente- explotados en Santa Cruz. Todo esto, en paralelo a la demanda constante del mercado andino por alimentos, estimuló favorablemente la agroindustria regional.

-    Un flujo constante de capitales por parte del gobierno central dirigidos al desarrollo industrial, agrícola y de obras de infraestructura provenientes de la cooperación de Estados Unidos.

-    La implementación de políticas económicas de carácter permanente hacia el oriente impulsados por el Estado central, más allá de la inestabilidad política que caracterizó a Bolivia en el periodo estudiado. La integración del oriente fue, en la práctica, una política de Estado.

Así y todo esto no significa, según señala Sandoval (2003: 8-10) que todo haya comenzado con las políticas de la Revolución Nacional (plan Bohan y el llamado Plan Inmediato) pues, asegura, las bases ya estaban. A continuación revisaremos tales propuestas.

 

El Plan Bohan o la Marcha hacia el Oriente

La Marcha hacia el Oriente es cómo se le denominó a las políticas de desarrollo económico de los gobiernos de la Revolución Nacional (1952-1964) hacia Santa Cruz de la Sierra, las cuales fueron conducidas por la Corporación Boliviana de Fomento. Sus orígenes se remontan a la misión norteamericana que visitó Bolivia durante el gobierno de Enrique Peñaranda, como parte de su ofensiva en política exterior para neutralizar a las potencias del Eje. Durante la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos apuntó a evitar la neutralidad y toda forma de colaboración indirecta del continente con las fuerzas en pugna con los Aliados.

En Bolivia esto tuvo como consecuencia la elaboración de listas negras, persecución de ciudadanos japoneses y la proscripción de firmas comerciales alemanas, que por cierto se encontraban a lo largo de todo el país. En el oriente, las firmas comerciales Zeller y Mosser fueron las directamente afectadas. Estas habían logrado crear un verdadero imperio importador tanto en El Beni como en Santa Cruz (Baptista, 1996; Sandoval, 2003) desde la época de apogeo de la explotación gomera hasta comienzos de 1930.

Bolivia termina obedeciendo al mandato norteamericano de no vender estaño a Alemania, considerado como producto de uso estratégico en la industria armamentista y metalmecánica (Baptista, 1996: 223-224).

En 1941, como retribución a su lealtad, el gobierno norteamericano propone a su homólogo boliviano, un completo plan de asistencia técnica para el desarrollo, que buscaba afianzar la cooperación a largo plazo con tres medidas fundamentales:

-    La construcción de la carretera Cochabamba-Santa Cruz para la vertebración del mercado interno.

-    Expansión y diversificación de la producción agropecuaria, posibilitando el abastecimiento del mercado interno y la exportación de sus excedentes.

-    Modernización y expansión de la producción minera.

El plan recibe el nombre del jefe de la delegación de expertos Merwin Bohan, quien visitó Bolivia entre diciembre de 1941 y mayo de 1942 (Sandoval, 2003: 14-15). Como metas fundamentales, el plan contemplaba integrar el oriente con el occidente del país a través de una carretera asfaltada y crear una red caminera intrarregional en el oriente. Además lograr, a corto plazo, el autoabastecimiento agropecuario de todos los productos alimenticios de primera necesidad nacional, así como de materias primas esenciales, como la madera.

De no proyectarse Bolivia hacia el oriente y promover la expansión de su frontera agrícola, el país corría el riesgo de colapsar, al invertir todo su capital y divisas en la importación de alimentos (Limpias, 2009: 4).

El economista, jefe del área de estudios agrícolas de la misión diplomática Bohan, B. H. Thibodeaux, resaltó la urgencia de terminar con el aislamiento de Santa Cruz y del oriente boliviano en general, el cual durante todo el siglo XX vivió enclaustrado a causa del centralismo político de La Paz y una economía enclave basada en la minería dependiente del estaño (Sandoval, 2003: 3). La misión norteamericana tenía un claro enfoque keynesiano, fruto de su época, y era impulsada por el departamento de Estado norteamericano (Cooperación Bolivia-Alemania, 2009: 20).

La primera etapa del plan contó con un financiamiento inicial de 30 millones de dólares, provenientes de diversas fuentes de recursos del gobierno de Estados Unidos (Cooperación Bolivia-Alemania, 2009: 20).

A pesar de que el plan Bohan se formula a partir de 1940, recién con la llegada al poder del MNR en 1952 logró implementarse a cabalidad. Además de la diversificación productiva, este planteó la urgencia de trazar un sistema caminero que permitiera el desarrollo económico de las regiones atravesadas, conectando centros productores y consumidores, teniendo como prioridad las siguientes rutas: Cochabamba-Santa Cruz; Santa Cruz-Camiri; Santa Cruz-Montero-Cuatro Ojos y La Paz-Rurrerabaque con ramal hacia Apolo. Esta última conexión permitiría enlazar a la región paceña con su zona tropical y seguir el camino hasta El Beni, siguiendo el Plan Caminero. Si bien el plan Bohan es la base de todo, no es el único plan que coloca a Santa Cruz en el centro, convirtiéndola en un motor del crecimiento nacional.

La Revolución Nacional reinterpreta los postulados del plan Bohan en un memorándum dirigido al gobierno de Estados Unidos (Guevara, 1955) y a la opinión pública nacional titulado Plan Inmediato de Política Económica, el documento respondía a una triple finalidad:

-    Presentar al gobierno de los Estados Unidos de América el panorama esencial de la economía boliviana, luego de medio siglo de monoproducción y exportación de minerales.

-    Exponer un plan inmediato, serio y orgánico para modificar a largo plazo y de manera sustancial esta matriz productiva, para lo cual el Estado boliviano recibe de manera sistemática ayuda financiera, en bienes de capital y alimentos.

-    Sistematizar en un solo cuerpo, para uso y orientación de los funcionarios de gobierno y militantes del partido Movimiento Nacionalista Revolucionario, los diferentes programas de diversificación y vertebración económica.

El memorándum (Guevara, 1955: 12-13) denuncia que casi el 100% de las divisas que genera el país se deben a la exportación de minerales (96,98% en el periodo 1948-1951, 97,14% en 1953). Siendo Bolivia un país con gran potencial agrícola, destinaba el 58% de sus ingresos en divisas, producto de la exportación de minerales, a la compra de productos de subsistencia básica, que iban desde alimentos hasta combustibles, todos perfectamente producibles en Bolivia. Se requería asignar a cada región un rol productivo con el fin de sustituir importaciones de productos esenciales y diversificar las exportaciones (Plan Bohan, 1989).

Como demuestra claramente el Cuadro 1, el país en su conjunto utilizaba su excedente casi exclusivamente para la compra internacional de insumos básicos, no permitiendo así la acumulación necesaria para una capitalización que posibilitara la viabilidad de un proyecto de industrialización nacional. Estos artículos de primera necesidad eran perfectamente factibles de producir en los valles de Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra, El Beni y Pando. Tal situación, en lo que se refiere a la producción de alimentos y maderas, se revirtió de manera exitosa en los años posteriores.

En lo concreto las políticas públicas de la Revolución Nacional plantearon y llevaron a cabo las siguientes acciones dirigidas al oriente, siendo la prioridad Santa Cruz: modificar la situación monoproductora, mediante el incentivo a la producción de diez productos básicos para el consumo: azúcar, ganado, lácteos, grasas comestibles, aceites vegetales, arroz, trigo y productos derivados; algodón en rama y maderas. En general a estos productos se agrega el cacao, explotar los yacimientos de hierro del Mutún y mejorar el sistema de distribución interna de los hidrocarburos (oleoductos Santa Cruz-Cochabamba-La Paz) con miras a las exportaciones, vía oleoductos hacia el Pacífico.

Para alcanzar la meta de producción de los diez productos agrícolas de primera necesidad imperaba potenciar e integrar el norte de Santa Cruz, mediante extensiones de la carretera Cochabamba-Santa Cruz, fomentar la migración de agricultores nacionales y extranjeros hacia Santa Cruz para descongestionar la población del altiplano y los valles intermedios, esto último, como vía de solución a la superpoblación de los campamentos en los distritos mineros y también ante la baja productividad de las tierras de secano del altiplano. Por último, entregar créditos de fomento agrícola sin grandes restricciones, teniendo como prioridad al oriente, con especial énfasis en Santa Cruz (Calderón, Rivera y Equipo del CEBEM, 2003: 169).

Todos los proyectos aquí planteados funcionaron con éxito, superando incluso las expectativas iniciales. Sin embargo, la explotación real de los ricos yacimientos de hierro del Mutún sigue siendo una tarea pendiente hasta el día de hoy. Un estudio de la CEPAL sobre el desarrollo económico de Bolivia en 1957, resaltaba el permanente crecimiento histórico del producto nacional gracias a la producción minera y la mayor integración boliviana al mercado mundial, hasta 1929.

Durante tres décadas la tendencia de crecimiento del mercado del estaño estuvo en permanente ascenso (Calderón et al., 2003: 169), pero esto no significó una participación del país en los ingresos mineros. No se utilizó ninguna parte sustancial de estos ingresos para la formación de un capital estatal, ni mucho menos en inversión en infraestructura básica para el desarrollo industrial, agrícola y en otras ramas de la producción que habrían permitido incorporar a la economía a las distintas regiones poseedoras de recursos naturales alternativos y potenciales.

Ello desembocó en una economía interna profundamente atrasada y con niveles de producción y productividad muy bajos en relación al potencial minero. Por esta razón se crea, a través del Banco Central, destinado a estimular la industrialización y el progreso técnico de la producción, denominado “Créditos de Rehabilitación Industrial”, como podemos revisar en el Cuadro 1.

 

Cuadro 1. Créditos de Rehabilitación Industrial, expresados en millones de Bolívares (Bs.)

Fuente: Banco Central de Bolivia, 1959: 46.

 

El Fondo de Rehabilitación Industrial tenía como objetivo incentivar la modernización de la producción en distintas áreas de la economía nacional y fomentar la infraestructura de apoyo a la actividad industrial, siendo el eje fundamental para la diversificación económica del país.

El Cuadro 1 muestra que al menos tres cuartas partes de los créditos iban directa o indirectamente dirigidos a Santa Cruz (azucareras La Bélgica y La Esperanza, fomento arrocero, tabacalero y asignaciones de la Corporación Boliviana de Fomento), tendencia que se mantiene a lo largo del tiempo de manera más o menos invariable. También muestra que, en específico, las asignaciones de recursos dirigidas a Santa Cruz para el fomento agroindustrial no fueron pensados para inyectar recursos directamente a la administración local o regional, sino focalizados en base a proyectos de inversión, si bien ejecutados indistintamente por el gobierno nacional, a través de los ministerios respectivos (Economía, Obras Públicas, Transportes y Petróleos) o la Corporación Boliviana de Fomento, focalizados desde el Banco Central.

El Banco Central actuaba como ente recaudador de los recursos provenientes de Estados Unidos, fueran estos del Export-Import Bank, USAID (Agencia de los Estados Unidos para la Cooperación Internacional en el contexto de asistencia económica y técnica de la Alianza para el Progreso), del Banco Mundial o del Banco Interamericano de Desarrollo. Esta es una situación evidenciada, ampliamente, en toda América Latina (Bértola y Ocampo, 2013: 195).

 

La transformación demográfica

En 1950, la ciudad de Santa Cruz de la Sierra tenía algo más de 40.000 habitantes. Solo uno de cada diez bolivianos vivía en la región, a pesar de que esta cubre más de un tercio del territorio nacional (PNUD, 2004: 63). Era una aldea sin servicios básicos, veredas estrechas y arenales como calles; poseía apenas unos cuantos autos y camiones.

Toda forma de desarrollo fundamental, parte de la vida cotidiana en otras ciudades del país, en Santa Cruz parecía inalcanzable. La pobreza material era algo que cruzaba a todas las clases sociales, más que ricos propiamente, en Santa Cruz había algunas familias menos pobres que el resto. El medio de transporte público habitual para ir de la ciudad a los pueblos como Montero, Cotoca o Portachuelo, era la carreta tirada por una yunta de bueyes o el caballo. En época lluviosa solo la fuerza de los bueyes era capaz de avanzar en medio del barro y los pantanales. La modernización económica llegará a la región de manera muy acelerada y hasta violenta a partir de 1950 (Rojas, 2015: 251).

Las nuevas carreteras inauguradas por los gobiernos del MNR (1952-1964) no solo significaron poder llegar al altiplano, sino también traspasar fronteras. De estar aislados durante siglos en medio del continente, en solo cuatro años el acceso al país y al mundo les fue proporcionado vertiginosamente.

A partir de la Revolución Nacional en adelante, los cambios fueron extremadamente dinámicos y las transformaciones sociales significaron una percepción por parte de la población cruceña de aceleración del tiempo sin precedentes. Así, en este contexto, la revolución agroindustrial que comienza a vivir Santa Cruz, trae aparejada una revolución demográfica que se provee de tres grandes fuentes:

-    Las políticas de colonización del oriente, conducidas por el poder central. En este aspecto hay que destacar medidas implementadas por los gobiernos de la Revolución Nacional para crear colonias en la región, tanto con habitantes del altiplano como con extranjeros a través de la instalación de distintos grupos como japoneses y menonitas.

-    Como efectos del crecimiento y la expansión económica, Santa Cruz se convirtió en un centro de atracción para habitantes de distintos puntos del país y del extranjero, en busca de empleo u oportunidades de inversión (PNUD, 2004: 64-67; Sandoval, 2003: 49-57; Seleme et al, 2005: 29-30).

-    También el patrón de organización del territorio mutó profundamente desde la Revolución Nacional. Los gobiernos de la revolución asignan a cada región un rol específico en el mercado interno y, construyéndose las vías de comunicación que unen por primera vez al país en su conjunto, da como resultado la aparición de un eje troncal de ciudades, sobre el cual Bolivia se desarrolla hasta hoy: La Paz-Cochabamba-Santa Cruz de la Sierra. La carretera Cochabamba-Santa Cruz tuvo un efecto inmediato en los procesos migratorios, de carácter espontáneo, como así también facilitador de las políticas colonizadoras del gobierno central.

Los gobiernos del MNR buscaron, en primer lugar, desconcentrar las tierras altas y los valles intermedios como Cochabamba y Sucre, donde no se superan los 2.900 msnm y se caracterizan por ser de climas templados; esto debido a que la sobrepoblación del altiplano tenía como consecuencia el agotamiento de la tierra y hacía que la mayoría de sus habitantes concurrieran al mercado de alimentos -en gran mayoría importados desde Chile y Perú- solo como consumidores precarios y no como proveedores, lo que acentuaba la pobreza (PNUD, 2004: 64).

Llevar gran parte de esta población hacia tierras bajas para que participaran como mano de obra para la industria agrícola o como parceleros (o granjeros) era la solución, que el tiempo demostró fue la más acertada. La migración de habitantes del altiplano a Santa Cruz tuvo un rol fundamental al proveer la mano de obra necesaria para la expansión de la frontera agrícola y la incorporación de miles de hectáreas productivas del norte cruceño.

De esta forma, la política económica de los gobiernos de la Revolución Nacional logró la tan anhelada integración del país a través del ya mencionado eje troncal (Blanes, 2007: 2333), es decir las áreas metropolitanas de La Paz-Cochabamba y Santa Cruz.

Dichas áreas metropolitanas se convierten en los núcleos de desarrollo económico, experimentando una progresiva industrialización, lo que estimuló procesos migratorios desde el campo hacia la ciudad.

De este modo, Bolivia, de ser un país predominantemente rural hasta la revolución, se convirtió en uno de mayorías urbanas a partir de la década de 1980, teniendo a Santa Cruz como el área metropolitana más dinámica hasta la actualidad, con tasas de crecimiento anual que llegan a 5,4% de acuerdo a los datos más actualizados al año 2012 (PNUD, 2015: 73).

Hoy en día más de un tercio de la población boliviana vive y trabaja en el oriente (Schoop, 2006: 404), situación que muy probablemente no cambiará en las próximas décadas.

Desde la Revolución Nacional hasta la actualidad ha habido un progresivo éxodo de habitantes del altiplano hacia Santa Cruz, El Beni, Pando y el Chaco de Tarija, que trajo como consecuencia un desplazamiento progresivo no solo del eje del poder económico, sino también político de Bolivia, tal como plantea Schoop (2006: 404), lo que trae nuevas disparidades y conflictos socioeconómicos.

 

Cuadro 2. Evolución demográfica de la región en relación al resto de Bolivia

Fuente: Sandoval, 2003: 233. Diario El Día, 31 de julio de 2013.

 

En el caso de Santa Cruz, su crecimiento poblacional no se encuentra asociado únicamente a la atracción de la población de otras regiones, sino también a un proceso de llegada de migrantes dentro del propio oriente, muchos provenientes de El Beni, Pando y Tarija, pero sobre todo de otros puntos periféricos de la misma región.

Las causas de la migración y crecimiento urbano de la región se pueden resumir de la siguiente forma:

-    En primer lugar, hubo un proceso de migración interna desde los pueblos periféricos de la región hacia Santa Cruz urbana desde comienzos de la década de 1950, que estuvo motivado por las nuevas perspectivas que el progreso económico comenzaba a ofrecer.

-    Segundo, la expansión de la frontera agrícola hacia el norte de Santa Cruz (Warnes y Montero) tuvo como consecuencia la creación de una red de ciudades satélites y por ende un crecimiento poblacional.

-    En tercer lugar, el proceso constatable de urbanización de Santa Cruz de la Sierra desde 1957, en el contexto de la reforma urbana, llevada a cabo por los gobiernos de la Revolución Nacional a partir de 1956 en las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz (Rivera, 1986: 111). Desde el Estado central se implementaron medidas sistemáticas de loteo del núcleo urbano de Santa Cruz de la Sierra, que atrajeron y posibilitaron el asentamiento de numerosas familias de origen modesto dentro del primer y segundo anillo de la ciudad. El proceso de expropiación y loteo de terrenos, pertenecientes a familias acomodadas, llevado a cabo por el caudillo cruceño del MNR, Luis Sandoval Morón, permitió el acceso a una vivienda digna para cientos de personas dentro de la ciudad misma (Rivera, 1986: 112).

- Y en cuarto lugar, las inversiones constatables de los recursos provenientes de las regalías petroleras permitieron a la ciudad tener pronto acceso a infraestructura urbana básica como pavimentación, agua potable y alumbrado público, convirtiéndola en centro de atracción para habitantes del resto del oriente.

 

Ciudades del eje troncal (central) de Bolivia desde 1952 a la actualidad

Fuente: elaboración propia basado en el estudio de José Blanes (2007) y en Diario La Crónica,Santa Cruz de la Sierra, 18 de agosto de 1963.

 

En el mapa se pueden apreciar las ciudades del eje troncal (o central) con sus actuales áreas metropolitanas: La Paz-Cochabamba-Santa Cruz, con sus respectivos núcleos de conurbación. La Paz crece hacia El Alto, Cochabamba hacia Quilacollo y Santa Cruz lo hace hacia su norte integrado, Montero y Yapacaní, consolidando así la actual zona metropolitana de 1,7 millones de habitantes.

A través de un circuito de carreteras internas se conectan los ingenios azucareros, arroceros y una serie de industrias con la capital regional y con el resto del país gracias a la carretera Santa Cruz-Cochabamba.

 

Las distintas facetas de la Revolución Nacional en la reforma agraria

La triunfante Revolución Nacional de 1952 tuvo distintos desarrollos de acuerdo a la región del país en donde se emplazara. En el occidente del país, la revolución apuntó a abolir el latifundio y la hacienda tradicional. En las regiones que fueron los grandes centros agrícolas desde la colonia, como Cochabamba y Chuquisaca, tuvieron lugar los cambios más profundos. El objetivo era terminar con las relaciones sociales de opresión, exclusión y explotación a las que históricamente los indígenas aimaras y quechuas fueron sometidos por la casta dominante desde el momento del descubrimiento y conquista, y con el paso de la colonia a la república no variaron sino que, por el contrario, se profundizaron al ser estos despojados de sus tierras comunitarias por la dictadura de Mariano Melgarejo (1864-1871).

La Revolución Nacional buscó también terminar con el pongueaje de los indígenas (Reyeros, 1949), una forma de esclavitud que al momento de la revolución aún existía todavía en las haciendas del altiplano y los valles. No es que los indígenas de tierras bajas no estuvieran sometidos a una situación similar de opresión y despojo, pero las formas en que se manifestó la Revolución Nacional, en lo que respecta a tierra y desarrollo agrario, fue diametralmente distinto en el oriente. En el altiplano los indígenas lograron recuperar sus tierras a través de la reforma agraria, impulsada a partir de 1953, convirtiéndose en pequeños agricultores en el oriente boliviano, sobre todo en Santa Cruz. La Revolución apuntó a consolidar grandes propiedades agrícolas para que fueran eficazmente explotadas y a la creación de una nueva clase de minifundistas-cooperativistas que trabajaran de manera conjunta, con el fin de abastecer el mercado nacional de productos básicos de primera necesidad.

Los indígenas del altiplano afianzaban su triunfo político al convertirse en la nueva clase de campesinos, propietarios de minifundios que, a la larga, resultó un fracaso. En tierras bajas, la antigua aristocracia terrateniente cruceña, junto a nuevos integrantes de distinto origen, fue empoderada por el nuevo gobierno y sus sucesores, al ser destinataria de títulos de propiedad o en su defecto regularizaciones de estos, nuevas dotaciones de tierras y sobre todo, créditos, maquinaria y asistencia técnica como nunca antes en la historia. Ello trajo como consecuencia un cambio en las formas de producción en la agricultura cruceña.

La reforma no tendió a hacer desaparecer la hacienda tradicional en Santa Cruz por completo, según señala Sandoval (2003: 41). Fue el progreso de los nuevos procesos productivos el que paulatinamente fue desplazándola.

 

El apogeo de la agricultura cruceña

La reforma agraria en el oriente boliviano y fundamentalmente en Santa Cruz tuvo como objetivo privatizar la tierra para crear una burguesía agroindustrial, para incorporar a este sector productivo emergente al mercado capitalista.

Esto significaba estimular un proceso de modernización capitalista, donde la presencia estatal sería solo transitoria; solo como capitalistas productivos (Rodríguez, 1982: 130131). Tal como lo señala una declaración oficial del Ministerio de Economía en 1954:

Si el Estado, como ocurre actualmente, promueve la creación de nuevas industrias con sus propios planos y recursos económicos, ello obedece a la necesidad de acelerar nuestra liberación de los mercados externos y no debe interpretarse como si el gobierno pretendiera sustituir el capital privado y restarle posibilidades, ya que esas industrias (molino de yuca, fábrica de leche en polvo, ingenios azucareros, entre otros) serán manejadas por manos privadas en forma de sociedades anónimas, de cooperativas de producción o de sociedades mixtas, una vez instaladas (Rodríguez, 1982).

El Gobierno Central, a través de su Corporación de Fomento, creó una serie de unidades productivas (Rodríguez, 1982), tanto como medios de producción como de consumo en distintas regiones del país. La Corporación Boliviana de Fomento crea una fábrica de fósforos en La Paz, la Fábrica Nacional de Cemento en Sucre, la planta Procesadora Industrial de Leche (PIL) en Cochabamba, molinos harineros en Tarija y un ingenio procesador de caña de azúcar en Bermejo.

En lo que respecta a Santa Cruz, la corporación posibilitó el nacimiento de la agroindustria regional a través de la instalación del ingenio azucarero Guabirá, en Montero, junto con el estímulo de capital para la expansión productiva de los ingenios privados San Aurelio y La Bélgica (Baptista, 1996: 226).

El ingenio Guabirá tenía una capacidad inicial de producción de 18.000 toneladas de caña y una destilería de alcoholes deshidratados y absolutos, con una capacidad de casi 18.000.000 litros anuales.

A pesar de que en 1958 se inicia una política de contracción de los créditos, el Banco Central consigue ingresos por US$ 4.500.000 para mejorar la capacidad de procesamiento del ingenio.

Complementariamente la Corporación Andina de Fomento instala un molino para procesar yuca y plantas piladoras de arroz. También adquiere equipos para la reparación y mantención de caminos y maquinaria agrícola y tractores para uso de particulares y cooperativas. Paralelamente, la Corporación de Fomento concreta la ejecución de obras de infraestructura fundamentales articular la región con el mercado interno boliviano: la prolongación de la carretera de acceso al norte cruceño para conectar el ingenio azucarero en Montero con el resto de la región y la carretera hacia Cochabamba, construcción del camino San Pedro-Caranavi y el puente sobre el río Piraí (Banco Central, 1959: 46).

Guabirá, en el caso de Santa Cruz, es la máxima expresión de la política de desarrollo industrial del gobierno de la Revolución Nacional, según señala Rodríguez (1982: 132). Abrió un eje a través del cual se canalizaría gran parte del desarrollo capitalista agrario. En una primera etapa, desde 1954 hasta mediados de los 60, el objetivo de la producción oriental era el abastecimiento del mercado interno, fundamentalmente de azúcar, trigo, cacao, café, lana, arroz, y madera. Si bien se establecieron cultivos de tabaco, este ocupó un rol marginal al no considerarse como artículo de primera necesidad.

Con el objetivo de expandir rápidamente la siembra y producción, el gobierno nacional prosiguió una política de fijar precios remunerativos para la agricultura cruceña. Para los productos mencionados se establecían precios con anticipación a la época de siembra (Banco Central, 1959: 19), lo que tuvo como consecuencia positiva un aumento sustancial en las áreas que se dedicaban a estos cultivos.

Los resultados exitosos de esta política económica se hacen sentir rápidamente (Lavaud, 1998: 275). Para 1958 Bolivia logra finalmente la anhelada autosuficiencia en carne y arroz, en azúcar en 1964 y en algodón en 1969. Los siguientes cuadros señalan la evolución de la producción azucarera y arrocera de Santa Cruz en el contexto nacional.

 

Cuadro 3. Producción de azúcar de los ingenios de Santa Cruz de la Sierra en miles de toneladas métricas

Fuente: Banco Central de Bolivia, Memorias anuales de 1961, 1962, 1965 y 1966.

 

No se tuvo acceso a la memoria correspondiente al año 1963 (no hay datos sobre esto en el resumen de la memoria de 1965).

Se debe destacar que al sobrepasar las 50.000 toneladas métricas, Bolivia conquistó la autosuficiencia nacional en el rubro azucarero. Eso se puede constatar, a pesar de la carencia de datos desagregados para 1963. A partir de 1964 los excedentes en gran parte fueron exportados a Estados Unidos. Como forma de redistribución al financiamiento permanente a través de la inyección de cientos de millones de dólares que este país entregó al Banco Central de Bolivia (y a través de este a la Corporación Boliviana de Fomento y el Banco Agrícola de Bolivia).

 

Cuadro 4. Producción de arroz en Bolivia. Zonas de Santa Cruz, Alto Beni y Chapare. Cabe destacar que el 80% de la producción corresponde a Santa Cruz a través del ingenio arrocero de Montero

Fuente: Banco Central de Bolivia, Memorias anuales de 1961, 1962, 1965 y 1966.

 

No se tuvo acceso a la memoria correspondiente al año 1963, por lo que los datos fueron sacados del resumen de la ya mencionada memoria de 1965.

 

El círculo virtuoso del desarrollo agroindustrial

El desarrollo de la agroindustria cruceña posibilitó la integración regional con el resto del país a partir de la Revolución Nacional. La instalación de los ingenios azucareros y arroceros, el emplazamiento de variadas industrias como una faenadora de madera, una hilandería, la entrega de maquinarias y todo tipo de créditos blandos; la instalación de colonizadores en tierras asignadas por el Estado y la conversión de muchos habitantes de la región en agricultores, significó el despegue definitivo del capitalismo regional. Esto llevó a la pronta creación de empresas comerciales, financieras, constructoras y de transporte, con su respectivo efecto multiplicador en la demanda de empleo y acumulación de capital.

El capital cruceño comenzó a expandirse de manera permanente, en relación directa al crecimiento de los cultivos precursores de la agricultura regional: arroz, azúcar y algodón, a los cuales se incorporan progresivamente los cultivos de yuca, maíz, soya y oleaginosas. En el sector pecuario surgen grandes productores de carne, vacuno, porcino y avícola.

A partir de 1965-1966, la generación de excedentes en la producción permitió asegurar el mercado interno e iniciar un proceso escalonado de exportaciones, fundamentalmente a Estados Unidos, tal como lo muestra el Cuadro 5.

 

Cuadro 5. Consumo interno de azúcar, correspondiente a 1966 en miles de toneladas métricas (TT)

Fuente: Banco Central de Bolivia, 1966: 69.

 

La participación de Santa Cruz en el Producto Interno Bruto de Bolivia fue siempre en ascenso. Entre 1952 y 1954, el PIB regional aumentó de un 2,6 % a un 9,1% y en 1965 ya era de un 14,5% del total nacional. En 1970 era de un 18,3%, mientras que en 1980 ya era de casi un 20% (Arrieta et al., 1990: 194-195).

Para el nuevo milenio, Santa Cruz alcanza un tercio del Producto Interno Bruto nacional. El año 2000 Santa Cruz representaba el 42% del PIB agrícola nacional, el 25% del sector extractivo y el 34% del industrial (33,6% del PIB nacional), lo que da testimonio del peso decisivo de la región en la economía nacional (PNUD, 2004: 52).

A continuación se presentan una serie de cuadros estadísticos y gráficos donde se evidencia el impacto positivo de las políticas económicas impulsadas por la Revolución Nacional al ejecutar el Plan Bohan y cómo Santa Cruz se fue convirtiendo en la región depositaria del grueso de la inversión y créditos para la agroindustria. Dichos créditos e inversiones dieron impulso al modelo capitalista cruceño.

Junto a los recursos de las regalías petroleras, esta fue una situación que permitió a la región llevar a cabo y en plenitud sus objetivos de integración al mercado nacional, pudiendo tener control del proceso de modernización regional mediante las instituciones descentralizadas, como los mencionados Comité de Obras Públicas y Corporación de Desarrollo de Santa Cruz (CORDECRUZ).

 

Cuadro 6. Evolución del crecimiento del Producto Interno Bruto de Bolivia (1961-1965)

Fuente: USAID, 1966: 1.

 

Cuadro 7. Porcentaje de participación de Santa Cruz de la Sierra en los presupuestos regionales entre los años 1945-1960

Fuente: Ministerio de Hacienda, Decreto N° 276, 12 de marzo de 1945. Decreto N° 444, 13 de febrero de 1946, Decreto N° 816, 30 de junio de 1947. Decreto Supremo N° 02074 de 22 de junio de 1950. Calculo de Ingresos Departamentales para los años 1953 y 1954. Decreto Supremo N° 4538, 15 de diciembre de 1956. Decreto del Gobierno Nacional de 20 de septiembre de 1959.
Decreto Supremo N° 05437 de 21 de marzo de 1960.

 

Si bien la participación de Santa Cruz fue creciendo en el presupuesto nacional destinado a su gobierno regional -que llegó a triplicarse en 15 años-, los recursos para la región no se focalizaban a través de las partidas presupuestarias destinadas al gobierno regional ( prefectura departamental) sino a través de la Corporación Boliviana de Fomento, USAID, el Import-Export Bank y el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros. Los recursos eran administrados directamente por el Estado central y asignados a planes de crédito y proyectos específicos del Banco Agrícola, como es posible observar en el Cuadro 8.

 

Cuadro 8. Comparación de la distribución del Crédito Agrícola por regiones a nivel nacional entre 1955 y 1975, en porcentajes

Fuente: PNUD, 2004: 42.

 

Los datos arrojados por el Cuadro 8 señalan que, por lejos, Santa Cruz es la región depositaria de los recursos de créditos para la agroindustria, a partir de la Revolución Nacional. Si sumamos al resto del oriente boliviano, vale decir El Beni y Pando, resulta casi el 70% de los recursos bancarios y tres cuartos si se incluye a Tarija.

 

Cuadro 9. Relación de préstamos entregados por el Banco Agrícola de Bolivia por región (1964-1968) (montos expresados en miles de Bolivianos Bs.)

Fuente: Banco Agrícola de Bolivia, 1968

 

En la asignación de créditos concedidos por el Banco Agrícola entre 1964 y 1968, en cuanto a asignaciones individuales dirigidas a Santa Cruz, la región concentró el 45,2% del crédito, lo que irá siempre en ascenso durante las siguientes dos décadas, como lo demuestra el Cuadro 10.

 

Cuadro 10. Distribución de cartera del Banco Agrícola de Bolivia comparado por regiones, al 31 de diciembre de 1966

Fuente: Banco Central de Bolivia, 1966: 53. La Oficina nacional no contiene datos.

 

Es del todo constatable que Santa Cruz, por sí sola, posee el mayor presupuesto. Por otra parte, las regiones del oriente boliviano en su conjunto, con Santa Cruz, son las adjudicatarias de más de dos tercios de los fondos tanto en la cartera de inversión como de préstamos del Banco, lo que evidencia el desarrollo de un modelo de acumulación e inversión para la expansión agrícola y ganadera, ya consolidado para 1968 y, que se proyecta en permanente crecimiento hasta la actualidad.

 

Conclusiones

El influjo de la Revolución Nacional Boliviana fue el aliciente necesario para dar pie a la modernización del país. Su foco estuvo, en el caso de Santa Cruz de la Sierra, dirigido al desarrollo agroalimentario para abastecer de alimentos a la población nacional. Como una forma de respuesta ante el dominio oligárquico minero hasta la primera mitad del siglo xx, los gobiernos del Movimiento Nacionalista Revolucionario se enfocaron en el desarrollo de la agroindustria en zonas del oriente boliviano, que prácticamente estaban inexploradas y en total abandono. Ante esta emergencia, Santa Cruz de la Sierra, gracias a las políticas del Estado nacional, se transformó en el principal polo de producción de artículos de primera necesidad como arroz y azúcar.

La implementación del plan Bohan significó una serie de transformaciones estructurales fundamentales de la economía boliviana pero, ante todo, integraron definitivamente a Santa Cruz al mercado interno boliviano, otorgándole un rol clave como abastecedora agropecuaria al sustituir importaciones. Este plan, rebautizado luego como La Marcha hacia el Oriente, fue implementado al pie de la letra por la triunfante Revolución de 1952 y convierte a Santa Cruz de la Sierra en la región clave del desarrollo nacional. Sin el plan Bohan la integración al mercado nacional podría haberse dado igualmente, pero de forma más lenta como así lo demuestra la evidencia.

Este plan es fruto de una política modernizadora promovida desde el exterior de la sociedad regional por programas de cooperación internacional impulsados desde el Estado central por los gobiernos de la Revolución Nacional con apoyo de Estados Unidos.

La incorporación de Santa Cruz al desarrollo nacional significó situar al oriente boliviano como el émbolo fundamental de los proyectos modernizadores, en el ámbito económico, que Estados Unidos pensó para el Cono Sur americano durante la Guerra Fría. Convirtiendo a la región en el emblema de los legados perdurables de la Revolución Nacional, al desarrollar de esta forma una política agropecuaria y de integración nacional sin precedentes en la historia nacional que puso fin al centenario ostracismo de Santa Cruz.

 

Bibliografía

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Prensa:

Diario Crónica, 18 de agosto de 1963.

Diario El    Día,    31 de Julio de 2013, reproducido de la web: https://www.eldia.com.bo/index.php?cat=1&pla=3&id_articulo=123558

 

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Recibido: 20-6-2017 Aprobado: 7-8-2017


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