Rodríguez Ibáñez, Miguel.
43 palabras de la vid y el vino. Logroño, Gobierno de La Rioja, Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, 2010, 108 p. ISBN 978-84-8125-341-2
RIVAR Vol 2, número 6, ISSN 0719-4994, IDEA-USACH, Santiago de Chile, septiembre 2015: pp.166-167


Reseña

 

 

Aida Elisa González*

*Profesora de Enseñanza Media y Superior en Letras. Universidad Nacional de San Juan. San Juan, Argentina Directora. Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la Universidad Nacional de San Juan. San Juan, Argentina agonzalez@ffha.unsj.edu.ar

 

El léxico de la vitivinicultura como lengua de especialidad adquiere en las páginas de esta obra lexicográfica un matiz entre lo técnico y lo poético, porque el vino es eso: industria y poesía. Una obra que desde la estética de la tapa ya nos invita a degustar las páginas impregnadas del léxico de la vitivinicultura. Ingresamos a este campo semántico con cuarenta y tres palabras dispuestas no por orden alfabético, sino que el autor las ha ubicado en el orden cronológico en la que aparecieron en publicaciones periódicas de su tierra española. El autor, con un muy buen manejo de las lenguas de especialidad, ha incursionado en las actividades vitícolas desde siempre, porque en su pueblito de Badarán, La Rioja (España) acompañaba a su padre en las actividades de la vendimia. Y ese camino andado con los afectos y las uvas dejaron las huellas vitivinícolas, lo que le permitieron profundizar en cada artículo lexicográfico. Es que las palabras y las cosas van de la mano, y ya el método "Wórter und Sachen", intuitivamente estaba en la vida del autor, porque él iba incorporando saberes que luego podría ponerlos en texto, a través del principio de variabilidad geográfica, histórica y social de la lengua, en relación al mundo de las cosas, sensibles o no, en el que se basa toda expresión lingüística.

Es Fernando Martínez Toda, catedrático de Viticultura de la Universidad de La Rioja, España, quien tiene la responsabilidad de prologar la obra, y como especialista se adentra en cada una de las palabras desde su experiencia y catándolas como se hace con un muy buen vino. La introducción, a cargo del propio autor, resume la importancia de rescatar palabras o lexías simples y compuestas que, a veces, son desconocidas por los jóvenes de hoy. Y así escribe "si alguien ajeno al mundo del vino escucha que "la garnacha se corre mucho" o que "esta viña está perdida de amarillo", o que se trata de "un vino de autor" o que es "un vino con mucha nariz" u otro tipo de expresiones parecidas, seguro que no entiende nada. Parecida experiencia se puede tener cuando escuchamos la conversación entre dos médicos o dos arquitectos, cuando hablan de sus cosas. Diremos que tienen su propio argot o su particular manera de comunicarse. Están utilizando su lengua de especialidad" (Rodriguez Ibañez, 2010:13).

Los cuarenta y tres artículos lexicográficos van precedidos por un texto en el que el autor "Hablando de cepas y vinos" se refiere a la lengua de la vid y del vino, haciendo hincapié en las lenguas de especialidad y su importancia. Con mucha precisión, hace un recorrido por la historia de la ciencia enológica destacando las fuentes fundamentales para su trabajo léxico etnográfico. Desde la lingüística y como profesor de francés advierte al lector la necesidad de no incurrir en el uso indebido de neologismos-extranjerismos inadecuados o innecesarios, y para ello acude a un ejemplo en sí adecuado "un calco correcto es portainjertos (fr. Porte-greffe), y un término necesario el extranjerismo delestaje que comienza a introducirse últimamente para denominar a una técnica alternativa al tradicional tratamiento del sombrero mediante el remontado. Advierte también que en la lengua del vino no podemos prescindir de la metáfora, ya que en el campo semántico de la cata, el léxico se impregna permanentemente con la metáfora y la analogía.

El Corpus léxico está encabezado por el lema clarete, y se cierra con el término vino, quizá la palabra que, desde la semiótica es la que más se impregna de sabores y saberes lexicográficos. Cada artículo léxico contiene apuntaciones de distinto orden, desde la etimología de la palabra hasta la historia misma de la actividad o del proceso que encierra la o las palabras tratadas. Por último, el autor cierra la obra con las referencias bibliográficas que dan sustento a cada una de las palabras analizadas.

 


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